X-press
viernes, 31 de agosto de 2007
Girls just wanna have fun
Hoy simplemente me amargaron la mañana.
Tengo dos amigas muy queridas, las cuales a veces me sorprenden con algunas de sus observaciones. Una de ellas, está por comprometerse en matrimonio a fines de año, y la otra está soltera hace poco menos de 1 año, luego de finalizar una relación de forma muy accidentada. Algo de lo que -aunque ella no lo diga- aún se arrepiente.
Fué esta última la que hace un tiempo atrás insinuó que había un chico a quien yo le gustaba, a lo que yo respondí con algo de risa e indiferencia, puesto que si bien es cierto es halagador saber que de vez en cuando una todavía es "admirada" por el sexo opuesto, tengo yo una relación hace 4 años que me hace muy feliz. Así que al admirador en cuestión, pues solamente felicitarlo por el buen gusto, nada mas. Perdiste, compadre.
Sin embargo, la srta. sugirió no sólo que le prestase atención al chico, si no que intentó convercerme para ir a una reunión (sin mi novio porsupuesto) a la cual el susodicho supuestamente asistiría, para qué? pues ya sabemos. Quería "hacerme el bajo" con él. Jamás me había sentido cómoda en ese tipo de situaciones, ni siquiera cuando estaba sola, pues menos aún teniendo novio. Es por ello que me incomodó mucho su sugerencia.
Y hoy, en medio de una conversación, la otra (the engaged one) comenzó a decirme que el hecho de tener novio no significa dejar de divertirse (con todo lo que eso implica) con otros chicos. Según ella, porque seguramente nuestros novios también lo hacen, o probablemente no... pero por si las dudas, es mejor no dejar pasar ningun chico guapo que se aparezca por el frente, porque "hay que vivir la vida".
-Perdón? Respondí.
-Claro, un agarre es un agarre, no implica sentimientos, no hay problema. Además a ti acaso te consta que tu novio no lo haga? Acaso estás con él las 24 horas del día? No seas tonta, hay que vivir la vida y disfrutar.
-Ah, Ok. Entonces si tu novio se agarra a otra chica normal, no pasa nada. Total, no hay sentimientos de por medio.
- Nooooooooooo ! yo lo mato ! pero la idea no es enterarse pues, cuando te enteras ya es diferente.
-¿Juat?...
Dios, ¿En qué momento cambiaron tanto las cosas? Comprendo que por más que cualquier persona esté comprometida, sea hombre o mujer (tratando de no ser feminista) siempre hay por ahi alguien que nos parece deseable, pero acaso eso significa que debemos saltarle encima sin el menor remordimiento, sólo porque supuestamente existe la duda de que nuestra pareja haga lo mismo?
Particularmente, la relación que tengo me llena plenamente, y confío en la persona que tengo a mi lado. Desde luego no faltan de vez en cuando los momentos de duda, pero como la vida se ha encargado de demostrar: siempre todo se sabe. Si él no es honesto conmigo, algún día lo sabré, y si es al revés, pues también. Y si ese día llega pues lo más probable es que sea el final. ¿Tiempo perdido? En lo absoluto, nada que te haya hecho feliz puede llamarse tiempo perdido, independientemente de cómo termine.
Personalmente, no está en mí ser infiel, ya que la honestidad me es algo primordial. Y ojo, antes que ser honesta con mi pareja, me gusta ser honesta conmigo misma. Es por ello que esos jueguitos no me gustan ni están en mis planes. Si algún día no me pagan con la misma moneda, que lástima, no por ello voy a cambiar mis convicciones.
A veces pienso, que ninguna de ellas sabe a ciencia cierta lo que dice, si no que solamente hablan por hablar. La primera, porque tal vez aún no logra superar el enojo consigo misma por haber terminado esa relación tan larga, de la cual hasta hoy recuerda las fechas especiales y se tortura escuchando las canciones que le hacen acordar a su ex. A lo mejor está desilusionada del amor y piensa que tal vez todo debería reducirse a encuentros sudorosos y pasajeros, para luego no sufrir los devastadores efectos de terminar un noviazgo. Y la otra, tiene tiempo con su novio y en diciembre se comprometen con anillo y todo, luego de haberse sacado la vuelta mutuamente un par de años atrás.
Cada quien puede vivir su vida de la forma que mejor le parezca, eso está claro. Y no tengo ningun problema en ser tolerante al respecto. Lo que me molesta es cuando tratan de persuadirme, así sea subliminalmente, de adoptar puntos de vista y códigos de conducta con los que estoy en desacuerdo.
Despues de todo, cada quien mata sus pulgas como puede.
viernes, 17 de agosto de 2007
"Earthshake"
Ya todo el mundo sabe que pasamos por un terremoto, por lo tanto no comenzaré el post con un comentario tipo titular de primera plana. Esto no es un diario.
Tampoco exhortaré a nadie a colaborar con los deudos ni trataré de sensibilizar lacrimógenamente a nadie por medio de fotos desgarradoras y morbosas. De eso se encargan los noticieros.
Sólo es una necesidad de expresar lo desconcertante que es pasar por una experiencia así, cómo la fuerza infinita de la naturaleza puede hacer el ser humano pase de un estado de calma al terror absoluto en menos de 1 minuto.
Cómo toda la arrogancia del homo sapiens, cargado de ciencia y sabiduría, no sirve absolutamente para nada cuando a la tierra se le antoja sacudirse, dejando bien claro que este no es más que un habitante, un parásito, al que generosamente se le permite existir.
Es en ocasiones como esta, que uno se siente más insignificante que una hormiga, cuando siente en carne propia la impotencia de no tener el control, algo a lo que erróneamente, creemos habernos acostumbrado. No hay preparación que valga, para cuando algo asi se presenta de improviso ante nuestras narices.
Sólo queda superar el momento, recuperarse, recuperar el control de nuestros nervios y músculos, los cuales se revelan -producto del pánico- sacudiéndose sin control, siguiendo tal vez el compás de la tierra. Mirar alrededor, unos a otros, tratando de tal vez buscar consuelo en el temor colectivo de toda la especie, cooperar con lo que se pueda para que todo vuelva a ser o se asemeje a como era antes, y dejar esta experiencia atrás. Tan sólo como un recordatorio, que este lugar que llamamos hogar, no nos pertenece, ni obedece a nuestros deseos.
Tampoco exhortaré a nadie a colaborar con los deudos ni trataré de sensibilizar lacrimógenamente a nadie por medio de fotos desgarradoras y morbosas. De eso se encargan los noticieros.
Sólo es una necesidad de expresar lo desconcertante que es pasar por una experiencia así, cómo la fuerza infinita de la naturaleza puede hacer el ser humano pase de un estado de calma al terror absoluto en menos de 1 minuto.
Cómo toda la arrogancia del homo sapiens, cargado de ciencia y sabiduría, no sirve absolutamente para nada cuando a la tierra se le antoja sacudirse, dejando bien claro que este no es más que un habitante, un parásito, al que generosamente se le permite existir.
Es en ocasiones como esta, que uno se siente más insignificante que una hormiga, cuando siente en carne propia la impotencia de no tener el control, algo a lo que erróneamente, creemos habernos acostumbrado. No hay preparación que valga, para cuando algo asi se presenta de improviso ante nuestras narices.
Sólo queda superar el momento, recuperarse, recuperar el control de nuestros nervios y músculos, los cuales se revelan -producto del pánico- sacudiéndose sin control, siguiendo tal vez el compás de la tierra. Mirar alrededor, unos a otros, tratando de tal vez buscar consuelo en el temor colectivo de toda la especie, cooperar con lo que se pueda para que todo vuelva a ser o se asemeje a como era antes, y dejar esta experiencia atrás. Tan sólo como un recordatorio, que este lugar que llamamos hogar, no nos pertenece, ni obedece a nuestros deseos.