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viernes, 8 de febrero de 2008

Chismes bienintencionados


¿Quién no ha sentido alguna vez la impotencia y rabia que implica ser víctima de un falso comentario que nos deja mal parados?

Lamentablemente en nuestra limeñísima sociedad es casi una tradición, casi una ¿cualidad? inherente traspasada genéticamente por generaciones, el llamado "chisme malintencionado". Lo cual automáticamente hace que uno se formule la interrogante: ¿Existen acaso, chismes bienintencionados?
Según mi entender, (y el que esté libre de chisme que tire la primera piedra) el chisme malintencionado es aquel que se gesta en lo más profundo de las entrañas de una persona, recorre sus venas, obnubilando sus sentidos, atraviesa su corazón y se posa en su lengua listo para ser disparado cual flecha envenenada, en dirección al enemigo (o su entorno), con el fin de causarle daño o malestar.
El efecto que dicho dardo tiene en la víctima incluye estupor, indignación, rabia, odio, impotencia, y unas irrefrenables ganas de liberar al asesino que todos llevamos dentro. Quienes lo han experimentado saben de lo que estamos hablando.

Entonces el chisme bienintencionado ¿Sería aquel que no es lanzado con intenciones aniquilantes? Aquel que sólo compartimos por deporte, por la misión que tenemos de compartir con nuestro prójimo la valiosa información que llegó a nuestros oídos. Y aunque seamos conscientes que lo más discreto sería callar, el chisme nos quema la garganta, abrasando nuestra lengua, de modo tal que la única forma de liberarnos de semejante tortura china es dejando que el chisme sea liberado y recorra la atmósfera en busca de unos oídos sedientos donde poder finalmente reposar y cumplir su misión.
posted by Nowhere Girl at 9:48

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