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jueves, 14 de febrero de 2008

Me cago en el amor




No alcanzan las palabras para describir mi aversión a todas las fechas donde se celebra algo, aquellos días en que se exalta el consumismo desmedido, la gente se altera porque tienen que comprar, todos los lugares públicos revientan de gente, los taxis te cobran el doble y como consecuencia, se termina el día completamente amargado.
Dentro de ese grupo están: Día de la Madre, Día del Padre, Navidad, Año nuevo, Fiestas Patrias, y el Día de San Valentín. Teniendo este último, ademas de todo lo antes mencionado, una connotación huachafa y morbosa.

Es en este día en que uno ve cientos de parejitas deambulando por parques y plazas, ella: rosita de a S/. 1.00 Nuevo Sol en la mano, él: la lleva abrazada mientras mentalmente hace las matemáticas para ver si el contenido de su billetera le alcanzará para cubrir los gastos de "la celebración", la cual normalmente incluye una cena (el luegar y el menú pueden variar desde un restaurant cinco tenedores, hasta un chifita en el mercado, de acuerdo a la situación económica de los comensales), una salidita al cine, peluche con algun letrerito cursi en el pecho, y finalmente lo único que el enamorado/agarre/amante/amigo cariñoso paga con gusto: el telo. Y esto, si es que logran encontrar uno disponible, puesto que en este día es sabido que todos los hostales y hoteles de lima acogen a cientos de miles de parejas que no encuentran mejor forma de "honrar" la fecha.

Porsupuesto, como obviar la avalancha de cantantes con olor a naftalina que supuestamente vienen a Lima a "cantarle al amor", en divertidísimos conciertos en el Maracaná de Jesús María, o en algún Tragamonedas de barrio. Mención aparte claro, merece el insufrible ciudadano chileno Alberto Plaza, quien ha hecho del Perú su destino artístico más importante (y rentable). En un par de años seguramente ya podremos patentarlo como producto nacional.

Eso sí, muchas parejas ya sea por obligación más que por ilusión, optan por hacerse regalitos o salir aunque sea a dar vueltas, la cosa es no "quedarse" para que luego digan que una no tiene perro (léase novio) que le ladre, o peor aún, si lo tiene, debe ser un perro.

Esta fecha es también ideal para que los lobos les pidan a sus enamoraditas adolescentes la "prueba del amor" (¿Será que todavía quedan adolescentes que no la hayan entregado despues de una sesión de perreo en alguna discoteca?), también es la ocasión ideal para que el Jefe finalmente decida conversar con su secretaria para ver el tema de su aumento... a la luz de las velas. O aquellos tramposos que en el día o en la tarde se escapan con la "otra" y en la noche se aparecen frente a la esposa con cara de santos y un ramo de flores compradas al paso. O peor aún, con las manos vacías y sumamente cansados como para celebrar, "son tonterías" dicen.

Particularmente mis 14 de Febrero nunca han sido significativos para nada, veamos: el primer día de San Valentín que pasé acompañada fué a mis 15 años con un chico que conocí durante un viaje de vacaciones, el cual me gustaba mucho y supuestamente "eramos enamorados, nos queríamos, nos casaríamos y viviríamos felices por siempre". Claro que mi madre se encargó de arruinarme la fecha, ya que cuando vió a su bebé dando sus primeros besos húmedos, le sobrevino tal ataque de histeria que no sólo se puso a dar de gritos, si no que también insultó al pobre chico, a mí, y finalmente lo echó de la casa en medio de una nube de improperios. ¿Rochoso? digamos que ya me acostumbré a sus reacciones.
Dos años después salía con otro chico, y asumo que pasé la fecha con él (la verdad ni me acuerdo), pero rechazando cualquier tipo de regalito o mimo en particular. Y rechazandolo a él, de paso, ya que el pobre muchacho, por muy buen chico que fuese, no me interesaba. La estupidez de la adolescencia, tema a ser tratado en un próximo post.

Curiosamente el único día de San Valentín que recuerdo con cariño, es el del 2003, reunidos mis amigos del ICPNA y yo en el parque de siempre, celebrando el día de la Amistad. Pero lo mejor de la noche fué que mi mejor amigo también cayó por ahi de sorpresa, el mismo que en unos meses más se convertiría en mi novio actual. Pero esa es otra historia...

De todos modos, ¡Feliz día de la huachafada romántica para todos! con cariño les dedico esta canción, perfecta para escuchar un día como hoy. Qué Bryan Adams ni ocho cuartos!



posted by Nowhere Girl at 7:39

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