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viernes, 22 de febrero de 2008

Eres pecadora



Recordando una entrevista a nuestra Eva Longoria lorcha, la Srta. Karen Dejo, se me vino a la mente aquel común denominador que en la mayoría de ¿vedettes? y/o bailarinas ligeras de ropas se repite: a la pregunta de ¿A qué se dedica tu novio? ellas siempre responden: "Es empresario".


La interrogante que se desprende, sería ¿Qué implica que su novio sea empresario? Pues una sola cosa. Billete. Para tal efecto, importa poco que el conocido Saravá se erija como un galán de telenovelas comparado con el susodicho, siempre y cuando se trate del rey de los Jeans, de la Papa, de las Pizzas, de la Fruta, de la Chicha o, mejor aún, de los Diarios Chicha.


Estas ninfas de la cumbia, diosas de aceite de avión y botas de charol made in Gamarra, suelen protagonizar entre sí verdaderas pugnas que van desde soltar comentarios sobre la dudosa reputación de la contrincante de turno, hasta verdaderos intercambios de insultos que harían ruborizar al más bravo de los estibadores del Mercado de La Parada, todo esto con tal de defender el amor de su Donald Trump andino. Qué intenso el amor de estas mujeres, se podría pensar, ¡Qué apasionadas!


Pues para infortunio y desilusión de toda su incondicional fanaticada de griferos y mecánicos del Jr. Parinacochas, está de más reiterar que lo que estas privilegiadas señoritas de "natural" belleza aprecian con tanto candor, no es precisamente los buenos sentimientos ó el verbo florido de sus parejas, si no, digamos... sí, la cuenta bancaria. La misma que les permite a los señores hacerles regalitos como un departamento, camioneta 4x4 (¿Para qué diablos quiere una bataclana una de estas?), viajes al exterior, joyas, un programa propio al mediodía, y un laaaargo etcétera.

Es por ello que oírlas decir cosas como "Busco sólo un hombre de buenos sentimientos que me valore por lo que soy (¿?), el físico y el dinero no importa", provoca más de un zapateo estomacal.


El perfil de la mayoría es casi siempre el mismo: la joven provinciana que viene a Lima buscando una oportunidad, al poco tiempo se convierte en madre soltera, y se vé obligada a coger las tangas para sostener a su pequeño, ganándose el pan con el sudor de su cintura (de tanto bailar, claro) hasta que algún productor cazatalentos la "descubra". Implicando esta palabra a veces más de un sentido.


Mención aparte merece, aquella misteriosa simbiosis vedette/bailarina - futbolista que ha existido desde tiempos no tan recientes. Si en Brasil tuvieron la dupla Xuxa-Pelé, aquí tenemos miles más, salvando las distancias, ya que ningun pelotero nacional es un Pelé y las bailarinas tienen muy poco de Xuxa. Cualquier similitud fonética es pura coincidencia.

Tal vez lo más lejanamente parecido a dicha dupla haya podido ser aquella conformada por una joven y todavía medianamente cuerda Gisela Valcálcer y un tal Casarreto, futbolista de los años 70 en cuya biografía hay dos hechos célebres: un saltito al hacer un gol, y su amorío con la ex "pequinesa". Plop.

Ese modelo se repite hasta hoy, pero es recién desde que los jugadores comenzaron a emigrar a clubes extranjeros, que la persecución y acoso de las siliconeadas damiselas se convirtió casi casi en una carnicería. Poco o nada importa sí el pelotero tiene las facciones del Puma Carranza ó si tiene una esposa que lo conoció cuando el tipo jugaba sin zapatos en la cancha de su barrio, una docena de hijos con ella y otra docena con otras mujeres. Nada de eso importa, lo único en que se fijan es... ¿Para qué repetirlo?


Vistiendo pequeñas franjas de tela en los diarios, para los cuales adoptan poses sugerentes frente al fotógrafo en el improvisado estudio de la redacción de un diario popular, su imagen es al mismo tiempo admirada ya sea por sus acérrimos fans, ó por un ejecutivo que mira de reojo, y satanizada por respetables señoras como mi madre, quien según su parecer, son estas mujeres las culpables de tanta violación y acoso al resto de nuestras congéneres. "Por culpa de estas, los hombres ven a las mujeres como un objeto de placer, y piensan que todas somos unas p....".


Esa sea tal vez, una de las pocas cosas en las que las dos no podríamos estar más de acuerdo.

posted by Nowhere Girl at 9:05

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