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lunes, 18 de junio de 2007

El padre de la novia


Como todas las niñas, yo solía ver a mi papá como el amor de mi vida. Mi héroe que lo podía todo, que ante cualquier peligro vendría cual rayo implacable a rescatarme, y haría pagar con creces al culpable que hiciese derramar una sóla de mis lagrimas.

A lo largo de mas o menos 20 años transcurridos de amor indondicional, discusiones, llantos y alegrías, el concepto sigue siendo el mismo. Salvo que ahora también veo a mi padre como un hombre al cual los años han colmado de sabiduría, que me enseñó el valor de la palabra de honor, la dignidad, la confianza en uno mismo y en los demás, que siempre la familia y la salud son lo primero, entre miles de cosas más.

Por supuesto también es un hombre con defectos, cosa que uno cuando es niño aún no ve, si no hasta cuando la adolescencia y la juventud nos abren los ojos y nos hacen ver a nuestros padres como seres imperfectos, capaces de equivocarse y no tener siempre la razón. Es ahí cuando comienzan los problemas en el paraíso.
Con mi padre casi nunca he tenido enfrentamientos, tal vez porque yo siempre los evité. Esto incluso a costa de mi propio perjuicio, en lo que a ciertos temas se refería: permisos para ir a fiestas, o simplemente mi derecho a no ir con ellos a una aburrida reunión de adultos y quedarme en casa (a los 15 años), a propósito, sabe Diós que ideas pasarían por su cabeza imaginándome sola en la casa. Como si no hubiesen conocido bien a la antisocial-pseudonerd-zanahoria de su hja adolescente.

Y dije "casi" porque siempre hay un punto de quiebre, el año pasado por primera vez tuve un enfrentamiento cara a cara con él. Ya no se trataba de una niña pidiendo permiso para una fiesta, si no de una mujer defendiendo su punto de vista en la vida, su propia vida.
Dicho enfrentamiento fué sin duda la experiencia más amarga de mi existencia, pues quién salió más afectado fué él. Y es que conforme pasan los años, los jóvenes nos vamos haciendo más fuertes y a los mayores el tiempo les va quitando la dureza de antaño para soportar los golpes, sobre todo cuando son así de inesperados. Felizmente, los dos logramos superarlo oportunamente, olvidando las heridas causadas el uno al otro, porque al fin y al cabo nada es más importante que el hecho de que él es mi padre y yo su hija.

La relación padre-hija siempre es muy particular. Con el perdón de las mamás. Mientras que para la madre una se vuelve su amiga con los años, para el papá una nunca crece (si no pregúntenle a una amiga mía de 27 años, a la cual su papá aún se refiere como "la bebe").

La madre siempre nos enseña a soportar estóicamente los contratiempos en el trabajo, a esforzarnos cada día más, el padre sin embargo, se indigna al saber que a su niña le están haciendo la vida imposible y su inmediata sugerencia es: Salte de allí hijita, tu mereces algo mejor... que tal lisura...ajo.

Para la mamá el enamorado de la hija le hace recordar cuando ella pasó por ese trance, y si por casualidad el susodicho no cumple con sus expectativas, optará por lloverle con toda clase de adjetivos y comentarios viperinos. Inofensívos, en realidad.

Para el papá, sin embargo, la aparición del primer enamorado de la hija marca el inicio de sus tormentos, percibe una invasión de su territorio familiar, un mequetrefe que amenaza con romper la armonía y estabilidad de su hogar. Se activan todas las señales de alerta, su nena corre peligro (de ya sabemos qué), y eso no lo deja dormir. Pone toda clase de trabas para tratar de impedir las salidas de la señorita a solas con el sujeto, le acorta las horas de permiso, etc.

Ya luego viene la resignación y cuando la hija se vuelve adulta ante los ojos del mundo, el padre se convierte en un espectador de la nueva historia por vivir. Sin embargo siempre estará pendiente de su hija, siempre estará de su lado, pase lo que pase, y será por siempre el hombre que más la haya amado en toda su vida.


Mi padre es y siempre será el gran amor de mi vida, me siento feliz de parecerme mucho a él, y de haber acogido con cariño todas y cada una de sus enseñanzas, historias de juventud, refranes, frases, así como también su carácter y en muchos aspectos, su forma de ver la vida.

posted by Nowhere Girl at 9:15

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