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lunes, 28 de mayo de 2007

Im Dunkel


No sé si se deberá a que es lunes, o a que el invierno ya se está declarando, pero he notado que últimamente esta sensación de asfixia se acentúa más y más.
Por momentos siento que me encuentro en una especie de acuario, donde la superficie se encuentra cubierta por un cristal transparente pero de gran grosor, que brinda sensación de libertad pero al mismo tiempo deja muy en claro que no se me permitirá llegar más allá de lo preestablecido.

Dicha sensación tiene mucho tiempo ya, aunque a veces por motivos diversos, pero siempre se encuentra presente, como una sombra recurrente en el camino que me toca recorrer. Por épocas parece atenuarse, ocultándose detrás de ocasiones felices o momentos entretenidos, sin embargo apenas se disipa la niebla de la aparente felicidad cotidiana, se deja ver en todo su ¿esplendor?

Este sentimiento asfixiante, esta opresión, el sentirse constantemente como una bomba activada y en cuenta regresiva, que 2 seg antes de detonar regresa a la parte inicial del conteo, como un rewind enfermizo que se repite, cual random... digamos que he aprendido a vivir con ello de una forma tan natural, que casi me parece normal, o a veces ya ni siquiera noto lo dañino que puede ser para mi salud mental y equilibrio emocional.
A veces siento unas ganas irrefrenables de abrir las alas, romper las ataduras mismo Hulk y comenzar a tomar las acciones necesarias para cambiar todo a mi favor, lo peor es que como dice aquella huachafa arenga para perdedores: Sí se puede, mejor dicho, se podría... si dependiese sólo de mi.

Tantas historias que llegan a mis oídos, de gente que es feliz haciendo lo que hace, que toma las riendas de su propia vida y se monta en un avión, cruza el atlántico y comienza una nueva vida en otro lado, sólo con un poco de perseverancia y una maleta llena de ganas y sueños. Que logra romper el círculo vicioso, salir de la cápsula, escapar de la jaula, desconectarse de la Matrix, en fin, cambiar el rumbo que pareciese que algun oráculo maligno hubiese trazado para nosotros. O para específicamente hablando.
Lamentablemente, siempre lo he dicho: yo no estoy para aventuras. Desde hace 3 años a hoy, siento como si en un abrir y cerrar de ojos, hubiesen transcurrido más de 20 años, me siento cansada, con cada vez menos ilusión, menos esperanza, menos afán de revelarme contra las leyes que al parecer rigen mi existir, y con una montaña de responsabilidad sobre mis hombros. Díganme, acaso alguien con un estado emocional tan deprimente, podría tomar las riendas de algo? Ni siquiera de un pony delgaducho.

Lo peor es que no recuerdo haberme sentido de otra manera, desde más o menos los 15 años, cuando dejé atrás los sueños color lila (siempre odié el rosa) y comencé a darme cuenta de la realidad que me rodeaba. Claro que las razones eran otras, y tal vez en esa época todo estaba sólo en mi cabeza. Me gustaría pensar que hoy también es asi.

En fin, sólo espero aquel terremoto que me sacará del hoyo, la colisión de un cometa que ha de alterar mi ecosistema por completo, como el que extinguió a los dinosaurios, aunque tal vez termine corriendo yo la misma suerte. De todos modos, espero que no sea así, aunque sería un final hilarante para esta aburrida tragicomedia.

Pero no todo está perdido, como en toda novela que se precie, siempre hay un descenlace alternativo, una carta bajo la manga que aún está durmiendo el sueño de los justos, y que llegado el momento, entrará en juego, pudiendo dar un vuelco inesperado a la historia.

God only knows...

posted by Nowhere Girl at 8:17

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